Espíritu runner… también en la biblioteca
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Últimamente tengo muy poco tiempo para leer. Entre los madrugones y el ritmo acelerado durante la semana, entre entrenos, trabajo, casa, familia… llega la noche y no hay quien me mantenga despierta, así que no suelo leer tanto como antes, cuando realmente devoraba un libro tras otro.
En estos últimos dos o tres años suelo comprar 5 ó 6 libros por Sant Jordi y, si todo va bien, consigo leerlos en los siguientes 12 meses, cuando vuelvo a hacer acopio de letras. Siempre cae lo último de Albert Espinosa, ¡siempre! Y alguna novela histórica (este año, Quemad Barcelona) y, desde hace un par de años, me acerco a una de esas esquinas más alejadas de la tienda y ojeo otro tipo de libros, que van llenando ya su estantería en mi biblioteca; quizás no son un Cervantes o un Shakespeare, puede que no sean dignos de la Real Academia Española, pero me los leo con avidez, lo reconozco: Correr o morir, Comer y correr, Nacidos para correr… Y la última adquisición, con una preciosa dedicatoria del protagonista, Domingo Catalán, De 0 a 100.
Pues eso, ¡runner hasta cuando estoy de panching en el sofá!