Les Noies de Zenón completan la Oxfam Intermón Trailwalker en menos de 23 horas
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“Les Noies de Zenón” llegaron a la meta en menos de 23 horas a pesar de la lluvia que las sorprendió durante varios km., el cansancio, sueño, dolor muscular, ampollas y lesiones previas que habían tenido que superar. La energía provenía de saber que su esfuerzo tenía una magnífica finalidad.
Las campeonas tenían un maravilloso equipo de soporte: Marcela Perez realizó los 100 km y las ayudó con sus consejos y masajes, Olga Aceña hizo 30 km, Iris Maria Molina las acompañó durante 10 km y también realizó fotos, Manel González (Presidente de Corredors.cat) acompañante durante dos etapas y fotografiándolas, Wai-Shan Tan Taradell ayudante del equipo de soporte y cronista, Agustín Seco y Alberto Arribas miembros del equipo de soporte absolutamente imprescindibles e impecables en su atención profesional pendientes de las deportistas, Carles (Calimero) por iniciar y finalizar el recorrido con “les Noies”, Neus Recuero por su generosa hospitalidad, Txabi Albert acompañante nocturno durante el recorrido, Vanesa Guerrero que las sorprendió durante el camino con un pastel delicioso hecho especialmente para ellas, los padres de Judith las obsequiaron con un ramo de flores para cada una antes de llegar a meta, Cecilia Liébana, Orlanis Jimenez, Mario Felip de Corredors.cat (Fredyy), David Calvet y Victor Millan que acabó la Trailwalker en menos de once horas y después volvió a esperarlas antes de su llegada a meta. También recibieron la visita de Cristina con sus hijos para animarlas. Y el más importante: Zenón Cubillas las fue siguiendo durante todo el recorrido y les enviaba mensajes de ánimo que les sirvieron de un gran apoyo.
Rosa nos confiesa que fue una experiencia emocional muy fuerte y de las más entrañables e importantes como reto personal. “El cansancio desaparecerá pero las sensaciones vividas, el compañerismo, el cariño y el apoyo de tantas personas es imborrable”. Un momento muy especial para ella fue cuando recibió el mensaje de voz de su hermana, cuñado y sobrinos: Gloria, Ricard, Marcel y Emma. También el seguimiento que le hizo su hijo Frank durante la trailwalker. Yuri Assem la animó muchísimo en su recuperación antes de la Trailwalker.
Judith sintió una emoción especial al llegar a Girona y ser consciente de que podrían finalizar la Trailwalker. En ese momento se enteró que el equipo de su novio había finalizado en 4ª posición: “He vivido dos Trailwalkers a la vez, la suya y la mía”. Dedica estas palabras a su compañeras: “Alba llevamos tantos km caminando juntas que nos conocemos al mínimo detalle. Gracias por tu apoyo y no dejes de crecer como lo estás haciendo. Rosa eres el optimismo, alegría y la motivación personificada. Teresa en estos 100 km has demostrado tu valentía y una fuerza de voluntad sin límites. Marcela eres la calma, la dulzura, nos has dado 100 km de alegría Argentina y te has preocupado por nosotras y nuestras molestias antes que por las tuyas. Mucha gracias al equipo de apoyo oficial y oficioso o no habríamos podido realizarlo”.
Alba descubrió que la Trailwalker es una gran fiesta con un ambiente de compañerismo precioso. “Conoces otros equipos, descubres los retos de otros participantes y compartes sus vivencias”. Tiene claro que los Supporters oficiales y no oficiales han sido imprescindibles por el cuidado que han recibido de ellos en cada momento. “Lo más emotivo fue por una parte que las cinco estuviésemos tan compenetradas y funcionásemos tan bien como equipo y por otra parte que mi hermana y David quisiesen vivirlo tan de cerca.” El momento más inolvidable “Entrada en meta, las cinco agarradas formando un círculo, escuchando la emoción de las demás que lloraban con los ojos cerrados y al levantar la cabeza ver que todo el equipo estaba tan emocionado como nosotras. En nuestra cabeza Zenón. Era para él.”
Teresa: “La salida fue brutal. Todos los miedos acumulados durante las últimas semanas pasaron por mi mente. Todas. Y de repente, al pasar por debajo del hinchable de la salida, se fueron. De aquí hacia lo desconocido. En la llegada, las emociones a flor de piel y siempre con Zenón en la cabeza, en especial en los momentos que me sentía decaer. Su presencia en mi corazón, me daba fuerzas para reponerme al dolor y continuar caminando. El equipo no era de cuatro personas, era de seis.”
Marcela, como miembro acompañante del equipo durante los 100km: “Lo que más me emocionó fue ver el compañerismo entre equipos. La gente no te conocía pero se ofrecía a darte lo que fuera si lo necesitabas. La garra de mis compañeras doloridas de sus piernas y pies que seguían caminado y animándonos unas a otras. La llegada a meta es de lo que más orgullosa estoy. Haber llegado apoyando a mis amigas y decir que yo también hice los 100 km por Zenón. Nos demostramos a nosotras mismas que podemos conseguir lo que nos proponemos. Hoy cada dolor en las piernas me demuestra que no hay límites”.