K300 Automático
Cuando Griselda Fornos me propuso exponer algunas de mis experiencias en el mundo submarino probando el reloj Kronos K300 automático en seguida asentí agradecido, y se lo trasladé a Carlos Milán, mi compañero de buceo, para, como mejor supiéramos, dedicar un par de inmersiones a realizar las fotografías. Vaya por delante nuestra absoluta osadía al aceptar el encargo, pues ni Carlos, ni yo, nos dedicamos a la fotografía submarina, la cual implica, además de los conocimientos técnicos generales, los propios del hábitat a fotografiar: escasez de luz, necesidad de flash, partículas y plancton en suspensión en el agua que pueden distorsionar la luz, a lo que hay que añadir que el fotógrafo se encuentra en una situación de flotabilidad, a merced de las mareas y las corrientes submarinas, intentando captar imágenes que rara vez se encuentra inmóviles y, menos aun posando para la cámara.
El cinco de abril de 2014, acudimos al puerto de Llafranc, para dirigirnos a los Cañones de Tamariu, formación rocosa en forma de tridente, repleta de gorgonias y corales, en la que es habitual encontrar meros salvajes, con suerte por la época del año (abril – mayo) algún pez luna, además de las especies habituales de sargos, sargo imperial, dentos y bancos de peces más pequeños, como bogas, sardinas, tres colas, castañuelas, etc. A unos 200 metros de distancia en dirección este, hay otra formación rocosa que conforma nuevos cañones, y al que generalmente accede menor número de buceadores.
Tras saltar al agua desde el barco constatamos que la visibilidad en el agua era con mucho la peor de este invierno en la Costa Brava (Ley de Murphy), hasta el punto de que extendiendo el brazo no nos era posible distinguir los dedos de la mano, para complicarlo aún más teníamos un poco de corriente marina dirección N-S.
Hallamos el agua muy sucia debido a las tormentas, los ríos arrastran el agua pluvial junto con fuertes sedimentos de tierra y barro, y la zona de Cañones de Tamariu, está expuesta a la desembocadura de varios riachuelos de la zona. Pese a las nefastas condiciones del agua podemos aprovechar dos o tres fotos, y pese a todo, podemos contemplar un mero bastante grande, así como varias escórporas de gran tamaño. Concluimos la inmersión a los 49 minutos, habiendo alcanzado una profundidad máxima de 37’6 metros, realizando una parada de descompresión de 9 minutos, con una botella adicional colgada lateralmente en nuestro arnés, de 11 litros de aluminio, con una mezcla Nitrox al 94% de oxígeno. La temperatura del agua, algo más alta de lo normal en esta época, es de 14ºC.
Al día siguiente, domingo 18/04/2014, sin hacernos muchas ilusiones, buscamos un punto de inmersión más alejado de la costa, más próximo al mar abierto, donde esperamos que las aguas estén un poco más limpias.
Nos dirigimos al Ullastre 3, montaña submarina que asciende desde los 53 metros de profundidad hasta los 7 metros bajo el agua. La montaña está completamente repleta de gorgonias multicolores, donde en estas épocas del año y hasta que las aguas empiecen a calentarse, es muy frecuente contemplar parejas de gallos de san pedro mimetizados con los colores de las gorgonias, hacia el Oeste a unos 50 metros de distancia, otra montaña submarina, más pequeña, también repleta de gorgonias, asciende desde los 41 metros hasta los 30 metros de profundidad, los buceadores locales, la denominan el Champiñón por su forma achatada y conal.
Hacia el Norte, en dirección ascendente y perdiendo profundidad, a unos 70 metros de distancia, tras recorrer varias rocas grandes repletas de gorgonias y multitud de bancos de peces que viven en la zona, encontramos el Ullastre 2, que desde los 30 metros de profundidad va emergiendo hasta unos 12 metros por debajo de la superficie del agua, este Ullastre acoge gran variedad de vida submarina, entre ambos Ullastres, se configura un hábitat submarino repleto de langostas, bogavantes, morenas, congrios, escórporas, pulpos, tres colas, castañuelas, atunes, sargos, dentos, barracudas, etc. Es uno de los puntos de buceo más bellos de la Costa Brava.
Tras saltar al agua Carlos y yo constatamos que la visibilidad es un ápice mejor que la de ayer, pero sigue estando muy sucia para obtener buenos resultados fotográficos para dos personas totalmente inexpertas en las lides de la fotografía. Al igual que en la anterior inmersión, llevamos una botella adicional como etapa para descompresión, de 11 litros de aluminio, conteniendo Nitrox enriquecido en un 94% de oxígeno, pues a mayor profundidad el agua está menos sucia. Descendemos hasta 42 metros, en una inmersión que limitamos en el tiempo, vistas las malas condiciones de visibilidad, la duración total de la inmersión, descompresión incluida es de 45 minutos.
La temperatura del agua en los Ullastres es idéntica a la de Cañones de Tamariu, 14º C, algo más de un grado por encima de las temperaturas ordinarias en esta época del año. Junto al Ullastre vemos una langosta de gran tamaño y al intentar poner bajo ésta el reloj, la misma escapa de su ubicación escalando a gran velocidad el Ullastre, marcha atrás. La foto sale muy borrosa y no es aprovechable.
Vista la experiencia y toda vez que no prevemos cambios significativos en la visibilidad del agua para el fin de semana próximo, asumiendo nuestra ineptitud para ganarnos el pan con la fotografía submarina, decidimos recurrir a la amistad de un buen amigo y gran profesional de la fotografía submarina, para que nos solvente la papeleta.
Carles Virgili Ribé <vid., foto superior>, compañero de profesión, en el año 2007 decide trasladarse a la provincia de Girona, para dedicarse de modo profesional a la fotografía y al vídeo, por tierra, mar y aire, como reza su más reciente obra fotográfica sobre la Costa Brava, séptimo libro de su autoría. Carles acumula un extenso y variado palmarés tanto de vídeo como de fotografía deportiva, necesitaría varios folios para exponer brevemente sus numerosos premios y distinciones, creo que basta con decir que ha sido campeón del mundo en ambas modalidades, habiendo obtenido decenas de premios y reconocimientos por sus trabajos de video y fotografía subacuáticos, tanto en España como en otros lugares del mundo.
Ha impartido cursos y conferencias, ha realizado exposiciones, y es sin duda un referente en el ámbito de la fotografía subacuática, como muestra, su obra la “La Biblia”, es el manual más vendido y completo, de los escritos sobre fotografía submarina en lengua española (http://www.risck.com).
De este modo, aprovechando la Semana Santa, el viernes 18 de abril de 2014, nos embarcamos en el puerto de Llafranc (Girona) de nuevo rumbo hacia el Ullastre 3 para hacer nuevas fotografías del reloj Kronos K 300 automático. El tiempo nos acompaña pues hace una mañana soleada, y la mar está plana. Una vez amarrados en la boya de los Ullastres, saltamos al agua que sigue a 14ºC, para descender por la cara N-E del Ullastre. La visibilidad apenas ha mejorado, por lo que descendemos a 42 metros de profundidad buscando mejores condiciones de visibilidad para realizar las fotografías. La correcta ubicación del reloj entre los fondos vegetales, de esponjas y demás requiere tomarse su tiempo, lo que alarga mucho el tiempo de inmersión a esta profundidad, advirtiéndonos el reloj de la necesidad de realizar varias paradas de descompresión: 1 minuto a 12 metros, 4 minutos a 6 metros, y otros 26 minutos a 5 metros, además de los 3 minutos a tres metros de seguridad, lo que alarga la inmersión a un total de 70 minutos.
Concluida la inmersión aguardamos con impaciencia las noticias de Carles Virgili sobre el resultado de la última sesión de fotografía del Kronos K300 automático. El resultado final, vistas las malas condiciones de visibilidad del agua, nos deja a Carlos y a mí, gratamente sorprendidos, y es que como en todo, la profesionalidad se nota, y si cabe se evidencia más en el mundo gráfico.